El título lo dice todo. Bueno, no todo, pero muy cerca del todo. 99% del todo. Casi todo. Solo le falta decir que hierbas, y esas me las se yo no más.

sábado, 26 de julio de 2008

Lluvia o de como echar de menos

Sigue lloviendo. No empezó recién. Y no va a terminar luego.

Sigue lloviendo. Es rico el verano franchute. Tan rico como debe sentirse la tortura china esa de la gota de agua en la cabeza por sus buenos días. O la tortura mongola, esa cuando te dejan amarrado en la montaña en forma de X y te echan un poquito de sal para que la laman las cabras salvajes con sus simpáticas lenguas formato "papel lija que te saca la piel". O sea, del guan.

Sigue lloviendo. Es bueno el surraunsaun de la lluvia: es a todo cachete. Los efectos especiales también son buenos: con ventanas abiertas entra el diluvio universal, que aprovecha de mojar la cocina y también la pieza.

Sigue lloviendo. No me deja dormir, ni tampoco concentrarme en la nunca bien (en verdad jamás) amada tesis. No he podido escribir ni un párrafo. O sea, he escrito varios, pero los borro ipsoflatus. Porque me quedan mal, porque no me quedan tan bien o porque sencillamente no quedan. Me estoy volviendo como esos tipos que pueden estar 6 horas al frente de un puzzle hasta que sepan que "3 letras abajo, sinónimo de estólido, empieza con g" es gil.



Sigue lloviendo. Lo mejor que trae esta lluvia "matinal" son los mosquitos. Falta que me de dengue no más. Ya me picaron como 3 zancudos ninja (de esos que sientes como a la hora de la picada y que te pican más de lo normal, porque son ninja poh) y hay varias pseudo-moscas pegadas en la pantalla del PC. Ah, no se olvide de la polilla irritable: le apago la luz y me viene a batir las alas al lado de la oreja. Todo un convidado de piedra.

Sigue lloviendo. Veo el sol al norte. Me gustaría verlo en el sur. Ya echo de menos ver la cordillera (a ambos lados, o sino no vale) cuando llueve. Y allá, seguro que sigue lloviendo no me molestaría.

C:

miércoles, 23 de julio de 2008

Fundido o de como ya falta poco

"Soy una máquina"

Por esta semana y las que vienen ese será mi grito de batalla (no batalla, porque la única vez que he peleado fue a patadas con un tipo que también se llamaba Claudio cuando aun no tenía peloenpesho ni cadenadioro). Todo se reduce a terminar la famosa y jamás bien ponderada tesis a.k.a. "elemento cortopunzante volátil no comestible". Esto es porque no me tinca muy comestible el mercurio que usaba en Juanito, a pesar de que cuando chico me comí unas bolitas de Hg cuando rompí un termómetro... mmmm makes sense. Hay que ponerle shala cual chofer de Matadero-Estadio (todavía existen espero, sino no como llego a mi casa desde el teminal?), porque motivos para volver a Chile luego hay muchos e importantes. Principalmente arrancar del olor, que persigue y expande. Si alquien vio 28 días, me entiende (salvo que el olor es más malo que la película). Hay que dejar todo listo: entregar departamento (si es que puedo desalojar a La Máquina) lo más cercano a como me lo entregaron, cosa que parece un tanto alejada de la realidad; entregar tesis, cosa que parece bastante cercana a la fantasía, pero de milagros vive el alma (muerete de envidia Escribá de Balaguer, tírate una tautología de esa calaña) y entregar regalos de despedida, cosa que verdaderamente es una quimera, porque los regalos son botellas de pisco que mágicamente (última referencia que hago al Mago Oli) se evaporarán (todos los puntos pa' la Marce). Lo importante es no fundirme, porque o si no esto no avanza. Ahí entran a jugar los Patanes, nueva sección comando de la Asefe en pleno, encargada de no parar el jugo. Parte de ella se trasladó a Chile, dícese M y Carola. Espérenme que ya llego.
Falta poco.

C: