Que levante la mano el que nunca se ha reído de sus fotos "con los antiguos", concepto de la Bambi que pegó más que engrudo una de esas noches muy nobles y muy leales. Paréntesis. Para ser completamente franco (no lo soy, soy C:, pero sígame la corriente) a mí nunca me pegó mucho el engrudo; cuando chico realicé muchos intentos solamente consiguiendo quemar la paila donde preparaba el vil menjunge. Luego la paila radiaba un hermoso perfume mezcla entre crema de depilación y vajilla sin lavar por 1 semana. Fin del paréntesis.
Para romper la rutina diaria del tele/palta/tele, salí un rato a cazar tutururus. Media cuadra a la rotonda y ya me baja el aburrimiento pueblerino. Aún así, con total convicción de no seguir apernado al sillón en frente de la caja idiota (otro ufemismo: el idiota es uno, no la caja) sigo caminando. Salgo del loop cuasi peripatético (no había nadie a quien conversarle, pero aún así aprendi una que otra cosa) y sigo caminando. Ya luego de dar dos o tres vueltas a la manzana, muy cerca del I know that tree de las películas yanquis, me decidí a volver con el rabo entre las piernas a la casa. Entonces vi a la Bambi y comenzamos la chacota. Para enegrecer aún más la noche, fuimos a ver a la Maka.
Debo conocerla desde que repetí pre-kinder. En tamaño no ha cambiado mucho, en temática de sus dibujos tampoco. Quizá por eso es tan buena en lo que hace. Me mostró sus proyectos a corto plazo, los famosos MOOW. Ya los verán en las tiendas más cercanas a su hogar (salvo el almacén de Don Mame, que ya no vale: el viejo está senil y siempre me vendía bombitas de agua con hoyos). Me encargó emperifollarle un poco la historia de sus artefactos, a lo que respondí con gusto. Después de ver como mi cara de poco ágil no ha cambiado mucho desde los días en que uno tenía que usar delantal (debería seguir usando, tengo todas las poleras manchadas con algún producto químico que claramente se encaprichó con la tela) y varios pares de rodilleras para los pantalones, unas sobre otras, por la usual pichanga del recreo, me despedí de las dos negras para volver a sentarme en el vil sillón.C: