El título lo dice todo. Bueno, no todo, pero muy cerca del todo. 99% del todo. Casi todo. Solo le falta decir que hierbas, y esas me las se yo no más.

lunes, 15 de diciembre de 2008

Final o de como no me gustan las camisas

No me gusta usar camisas. Usaba antes las tipicas camisas medias como sueltas, cuando hacia calor, pero nunca metidas en el pantalón. Don Moisés las usaba siempre así y creo que sólo para llevarle la contra me las sacaba y las usaba como si fueran poleras (más de algún partido de fútbol me jugué en ese vil formato). Ahora comencé a usar camisas de nuevo, pero en parte para que la Marce tenga más sonrisa Pep (ahora suena en mi cabeza la canción del Doctor Zaius que cantaba el mítico Troy McClure al que probablemente recuerden de películas tales como "Las Eróticas Aventuras de Hercules" o "El Electro-gigoló", pero diciendo "macabeo, macabeo") porque haciendo eso me deja gagá o para ocasiones especiales.

La última de estas ocasiones fue la famosa defensa de tesis, que espero sea la última (defensa de tesis, no estoy ni ahí con los valeotro, tan ñoño no soy). Me tuve que poner camisa. Súmele a eso zapatos ad-hoc y casi que me tuve que afeitar. Nadie juega con mi barba... nadie. También le pusimos empanadas y pisco sauer, para que los chutes quedaran contentos, aunque fue mucho más para la Asefe en pleno que llegó a las "lindas y olorosas" dependencias de l'ENS (hay que darle a los chutes que de repente "siglear" todo igual sueana piola).

También tuve que hablar lento. Bueno, un poco mas lento. Está bien, intenté hablar más lento. Al parecer eso se entendió porque el jurado de tesis me hizo preguntas (lo que significa que lo que intenté exponer fue entendido... algo aunque sea). Lo que importa es que llegamos al final, cosa que al principio, se veía lejos. Y lo que claramente es una idiotez. Menos mal que es el final de esta entrada porque si fuera el principio, verdaderamente sería tanto más ridículo que yo con camisas... no me gusta usar camisas.

C:

lunes, 8 de diciembre de 2008

Tesis o de como no hay mal que por bien no pase por peor mal... digo yo

Jóvenes todos, era la hora ya. Como que se pasó el tiempo rápido, pero así tenía que ser no más. 3 años y habemus tesis.

Este Viernes 12 de Diciembre a la no despreciable hora de las 10 AM horario franchute (si sé, no es una hora ni saludable ni aconsejable, pero bajo los estándares modernos es una hora de esas que la gente del sector productivo de la sociedad llama respetable) C: defiende tesis.

No tengo fiel escudero que me lleve las Escudos (ni tampoco Escudos... es lamentable, como que me escurrí de la mente así), pero yo creo que sería importante que estuvieran Ustedes (los que puedan, a nadie le pongo pistola en la sien... son un tanto caras) para ayudar a la causa, sea esta el apoyo incondicional (pancartas conalusiones del formato "Saludos a Talca y a mi mamá que me está viendo por la tele" se retiran a la entrada) o el unánime charchazo en la frente cuando me mande algún tipo de condoro público, de esos que a uno le hacen arrugar los hombros cuando se acuerda a posteriori. A varios les enchufé un meil porque quiero que sepan que contribuyeron a que este tiempo no pasara sin buenos recuerdos y a que el famoso manuscrito se consumara (ando como medio lento para la escritura... muy temprano no funciono y sin café es aún peor). A los que no les llego meil es porque a) C: anda formato stress con temblorina por los trámites que son chorromil b) no tengo su meil, no soy bueno pa guardar meils ni direcciones ni siquiera fechas de cumpleaños, o c) se me pasó... mea culpa (sino la están dando, yo igual vería las burradas de Carlos Pinto... son mejores que ver a la Vivi, creo que en eso estamos de acuerdo).

Así que, al final, C: defiende tesis. Para que sepan no más, hay comilona después, tipín 12, en la Ecole Normale Supérieure de Paris (pucha que suena linda... lamentablemente no lo es). No aseguro su calidad, solo que será comestible y bebestible. Y que estaré ahí. Y espero que Usté también!.

C:

PS: Se aceptan regalos de diversa índole, salvo de la índole que no me gusta.
PS2: Buena consola esa.
PS3: También.
PS4: Enchufo también el anuncio oficial de la tesis, para que puedan ver como funciona de bien del Babel Fish de Yahoo.

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Bonjour,

J'ai le plaisir de vous inviter à ma soutenance de thèse intitulée
"Quelques effets des fluctuations sur les systèmes collectifs" ce
vendredi 12 Décembre en salle T15 du département de physique de l'ENS.

Aprés la soutenance, je vous invite aussi au pot qui suivra à la
cafétéria du département.


Résumé de la thèse :


Dans cette thèse, nous présentons une étude théorique et expérimentale
des fluctuations dans des systèmes dissipatifs forcés hors de l’équilibre.

Dans une première partie nous étudions les fluctuations de la puissance
injectée nécessaire à maintenir le système dans un régime stationnaire,
dans le cas d'un forçage aléatoire gaussien. Nous montrons que la
fonction de distribution de probabilité (PDF) de la puissance injectée
comporte des ailes exponentielles et une singularité en zéro. Ces
propriétés sont décrites à l’aide d’un calcul théorique simple.
Nous montrons aussi que ce type de PDF peut être observée dans
différents systèmes dissipatifs. Nous étudions également la relation
entre les fluctuations de la puissance injectée moyennée sur un
intervalle de temps et l'énergie interne (Théorème de Fluctuation).

Dans une deuxième partie, nous présentons deux études expérimentales
des fluctuations de l'amplitude locale des vagues à la surface d'un
liquide. La première étude est consacrée aux fluctuations des ondes
de surface résultant de l’amplification paramétrique en présence d'un
écoulement tourbillonnaire. Nous montrons que les fluctuations de
l'amplitude et le seuil d'instabilité paramétrique augmentent avec
l'intensité de l'écoulement tourbillonnaire. La deuxième étude est
consacrée à la turbulence d'ondes capillaires à la surface d'un
liquide en apesanteur ou à l’interface entre deux liquides non
miscibles de même densité. Nous montrons que la densité de puissance
spectrale (PSD) de l'amplitude locale des vagues suit une loi de
puissance en fonction de la fréquence et nous trouvons un bon accord
entre l'exposant mesuré et sa prédiction théorique.

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sábado, 6 de diciembre de 2008

Morulito o de como C: no es padrino de Morulin

Morulin es el nombre.
Eso es lo que se siente en el aire. Rata, la Maquina, Iver, Jorgito, M y yo estamos en medio de discusiones, que en verdad no llevan a muchos lados (probablemente a ni uno, ni uno...).
Mucha gente en la Ratonera. Para los que caben en la Ratonera, que son entre 1 y 2 (Ratita y su rugido, porque escuchar rugir a Rata es ooooootra cosa mariposa), el futuro del futuro BravOviedo es lo que se discute. Pancho Puelma y sus "sera un ingeniero" me tienen sin cuidado, aunque lo que yo y los demas opinen no deberia cambiar la opinion de M y Carola. En cierto sentido, son los mas adelantados de todos.
Son los que empezaron la familia.
Son los que van a empezar a pagar impuestos.
Son los que van a preocuparse de las AFP.
Son los que van a decirnos que hacer.
Son los que sabran que hacer cuando algun Morulin llore como a las 4 AM sin aviso, ni disculpa.
Es fuerte, pero no porque apliquen fuerza. Es porque son de los pocos que comienzan con lo que a nadie se le ocurrio. Es la primera familia de mis amigos hecha por puro sentido de familia. Y de esas hay pocas.
A los que leen estas lineas les digo, parte jugo, parte Tartacina (es la tremenda talla interna, porque vez que la leo me rio solo), que hoy es de esos dias en que es bueno darse cuenta que uno se hace mas viejo. Porque hacerse viejo para ver crecer a un Morulito no parece mala idea. Es mas, es hasta buena, si Morulito pilla una Morulina.

C:

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Plan de trabajo o de como C: no gusta de ordenar

Yo creo que el primer signo de madurez (y lo digo medio con miedo, medio con angustia... la parte de maduro me suena a duraznos pa' mermelá) es cuando uno comienza a darse cuenta de que tenemos pifias y que estas pifias (algunas, no todas) se pueden corregir. Digo algunas porque hay otras, como orejas chicas, cabeza grande (las dos, por si acaso), apurón para hablar (muy apurón, tanto que de repente ni me entiendo yo), apurón para decidir también (aunque algunas veces es una buena cualidad, sino habría que preguntarle a la Marce) y un tanto porfiado, pero esa es de familia (toda), que son más reticentes a la corrección. Las que se pueden corregir de repente dan un poco de lata corregirlas. Esas, no se las puedo acreditar a la familia... aunque quisiera (es más económico creo yo). Una de esas es que me cuesta comenzar a hacer algo que no quiero. Y me cuesta harto, a menos que tenga una motivación de peso pesado (yunque en la cabeza, charchazo maternal y/o torta, en particular esa de Milhojas con manjar que venden en la Papa.... uuuuuhmmmm sacrilegiooooooooso). Lo que tengo que comenzar ahora es la famosa presentación de tesis: no quiero porque es un tanto denso poner ideas en orden. Cuesta porque ,para mi, orden e ideas no van muy de la mano. Como que me tengo que proponer a mi mismo no dar jugo mientras trabajo, pero eso es fome. Además, si alguien ha tratado de conversar conmigo de algo se da cuenta que el hilvanar ideas consecutivas no es una de mis grandes cualidades: alguna que otra salta un tanto lejos. Pero un tantito no más. Ahora, con fecha cercana a la defensa (nota mental: comprar un escudo), tengo que terminar la burradita, con plan de trabajo y todo. Argh, también tengo que empezar a hacer el plan de trabajo ahora?...

C:

martes, 11 de noviembre de 2008

Vueeeeeeeeeeelta o de como desempolvar octetos

Voy a comenzar al estilo Barack Hussein (no le pongo link porque el socio tiene de sobra y porque no me gusta colgarme de la fama de otros, salvo la de Taldo y del Mago Oli, pilares fundamentales de tanta tontera junta que puede encontrar, más menos, por acá): Si se puede. Ojo (y oreja, esternón, píloro, cabeza, hombro, pierna, pie, pierna-pie diría Rata) que estoy seguro que sus asesores copiaron el eslogan del grito de batalla (perdida, pero quien lleva la cuenta... quizá Solabarrieta) de la selección de fútbol de Bolivia.

Si se puede. Se puede volver a escribir/perder tiempo/gastar energía hidroeléctrica/tomar café de manera descarada hasta crear úlceras que luego serán tema de discusión para volver a escribir en este blog. Yo ya creía que no iba a volver, en parte porque soy penca y en parte porque la parte que no es penca, en verdad es repenca. Soy penca completo. Pero no Dinámico (ojalá fuera Dinámico... con jugo de Frambuesa). Al final volví no más. Que se le va a hacer. No digo que me quede mucho rato por acá, pero mientras tanto puedo dar juguito (nuevamente, no de Frambuesa).

Para los que quieran saber los vericuetos que sigue C: (y que menos mal que no salen acá: no porque se vayan a horrorizar con la cantidad de sandeces que me mando por minuto, sino porque no digamos que mis periplos son como la camara viajera de Don Francis, muy a pesar de la semejanza que salta a la vista... o creen que me dejo barba porque me opongo rotundamente a la crema de afeitar?), me vine a Chile un rato antes de defender la tesis el 12 de Diciembre por los Parises. Me escapé del lindo clima parisino, ese con el rico frío matinal que enaltece la barbárica costumbre chilena de usar desodorante: antes de subir al metro, perro de ropa en la nariz me parece una buena idea. Me escapé de gastar plata, a pesar de que pagué el departamento del cual usufructa La Máquina, que desde hoy en adelante será llamado Mopet, por motivos de fuerza mayor. A todo esto, Mopet: acuérdate de botar el estantero de la cocina, por favor. Y de decirle a Ratita que me reponga la tapa del WC que rompió (si usted, asiduo lector/a se pregunta como lo hizo, saque un número). Yo le repondré a la vez la silla de playa de su balcón, la envidia de todo becario chileno en París, que me eché debido al exceso de confianza (así le dicen ahora al Smirnoff). Ah, y al final, si puedes (o sea, igual no te cuesta taaaaaaaaanto creo yo), puedes pegarle una barrida el departamento? Un poco aunque sea. Total, desempolvar no cuesta tanto.

C:

sábado, 26 de julio de 2008

Lluvia o de como echar de menos

Sigue lloviendo. No empezó recién. Y no va a terminar luego.

Sigue lloviendo. Es rico el verano franchute. Tan rico como debe sentirse la tortura china esa de la gota de agua en la cabeza por sus buenos días. O la tortura mongola, esa cuando te dejan amarrado en la montaña en forma de X y te echan un poquito de sal para que la laman las cabras salvajes con sus simpáticas lenguas formato "papel lija que te saca la piel". O sea, del guan.

Sigue lloviendo. Es bueno el surraunsaun de la lluvia: es a todo cachete. Los efectos especiales también son buenos: con ventanas abiertas entra el diluvio universal, que aprovecha de mojar la cocina y también la pieza.

Sigue lloviendo. No me deja dormir, ni tampoco concentrarme en la nunca bien (en verdad jamás) amada tesis. No he podido escribir ni un párrafo. O sea, he escrito varios, pero los borro ipsoflatus. Porque me quedan mal, porque no me quedan tan bien o porque sencillamente no quedan. Me estoy volviendo como esos tipos que pueden estar 6 horas al frente de un puzzle hasta que sepan que "3 letras abajo, sinónimo de estólido, empieza con g" es gil.



Sigue lloviendo. Lo mejor que trae esta lluvia "matinal" son los mosquitos. Falta que me de dengue no más. Ya me picaron como 3 zancudos ninja (de esos que sientes como a la hora de la picada y que te pican más de lo normal, porque son ninja poh) y hay varias pseudo-moscas pegadas en la pantalla del PC. Ah, no se olvide de la polilla irritable: le apago la luz y me viene a batir las alas al lado de la oreja. Todo un convidado de piedra.

Sigue lloviendo. Veo el sol al norte. Me gustaría verlo en el sur. Ya echo de menos ver la cordillera (a ambos lados, o sino no vale) cuando llueve. Y allá, seguro que sigue lloviendo no me molestaría.

C:

miércoles, 23 de julio de 2008

Fundido o de como ya falta poco

"Soy una máquina"

Por esta semana y las que vienen ese será mi grito de batalla (no batalla, porque la única vez que he peleado fue a patadas con un tipo que también se llamaba Claudio cuando aun no tenía peloenpesho ni cadenadioro). Todo se reduce a terminar la famosa y jamás bien ponderada tesis a.k.a. "elemento cortopunzante volátil no comestible". Esto es porque no me tinca muy comestible el mercurio que usaba en Juanito, a pesar de que cuando chico me comí unas bolitas de Hg cuando rompí un termómetro... mmmm makes sense. Hay que ponerle shala cual chofer de Matadero-Estadio (todavía existen espero, sino no como llego a mi casa desde el teminal?), porque motivos para volver a Chile luego hay muchos e importantes. Principalmente arrancar del olor, que persigue y expande. Si alquien vio 28 días, me entiende (salvo que el olor es más malo que la película). Hay que dejar todo listo: entregar departamento (si es que puedo desalojar a La Máquina) lo más cercano a como me lo entregaron, cosa que parece un tanto alejada de la realidad; entregar tesis, cosa que parece bastante cercana a la fantasía, pero de milagros vive el alma (muerete de envidia Escribá de Balaguer, tírate una tautología de esa calaña) y entregar regalos de despedida, cosa que verdaderamente es una quimera, porque los regalos son botellas de pisco que mágicamente (última referencia que hago al Mago Oli) se evaporarán (todos los puntos pa' la Marce). Lo importante es no fundirme, porque o si no esto no avanza. Ahí entran a jugar los Patanes, nueva sección comando de la Asefe en pleno, encargada de no parar el jugo. Parte de ella se trasladó a Chile, dícese M y Carola. Espérenme que ya llego.
Falta poco.

C:

martes, 24 de junio de 2008

Arroz con pollo o de como Mónica es una alpargata

Tome nota, señor o señora teleaudiente (o teleauditora o audiovidente... este tipo de palabras complejas me suenan al chiste de no es lo mismo pero es igual), necesita para esta receta de Arroz con pollo, a.k.a. experimento culinario namber for, lo siguiente:
  1. 4 kilos de arroz. Esto porque probablemente de esos 4 kilos, 3 se quemen de manera subrepticia, sin avisar. Debe ser el primer arroz que no le gusta mostrar que se esta quemando, así como si le diera vergüenza expeler olores. Del kilo que queda, preparese a comprar una jeringa que sacarle el agua que siempre le va a quedar por culpa de los quemadores de pacotilla chutes. Aaaah, me olvidaba, la parte importante: olvide la sal. Total, aunque le pegue un cartel del porte de la cola de un requetepatitas (yo tengo el de 50 no ma, pero me acuerdo que había de 500... gastadero de patas digo yo) en la pared que diga algo asi como "Arroz->Sal", igual se le va a olvidar. Ai nou, ya me pasó.
  2. Pa' que no le quede solamente el saborcito a arroz quemado (o ahogado para los que logran pasar de la fase uno de la cocción), le mete cebolla finita (bien quemada porque o si no no vale), pimentón rojo, de ese medio duranga y zanahoria, tan bien rallada que queda solo el tallito medio durón: así le queda flor. Los fríe su buen resto de tiempo, y, como usté es medio pavo, no se da cuenta que el aceite se calienta rapidito, ergo, sus buenas marcas de guerra en formato quemadura grado 2 en brazos y/o cara. Recomiendo usar máscara, porque usar solamente lentes no es suficiente. Ai nou, ya me pasó.
  3. Ya que la embarró con el acompañamiento, adivina bien que le toca embarrarla también con el "contudente". Esto requiere esfuerzo, no es cosa de echarle pa' delante no más. Ponga el horno a calentar a chorromil grados, total se le va a pasar igual. Con la cebolla que le sobró de la quemazón inicial (porque tampoco le achuntó a cuanto comprar), la pica finita (mientras pueda ver, porque va a llorar como colocolino el '91) y la pone en la bandeja que va a meter al infierno ese que viene de prender. El pollo (recomiendo pechuga, es más dificil de embarrar: mejor reto), pobre de él, lo fríe un poquito por lado y lado y lo enchufa en el horno, previo remojón en su cervecita marca genérica. Comment disait l'autre, tomése usted otras dos. Así, más emoción. Ai nou, ya me pasó.
Después de todas estas fechorías para con la comida, deberían ponerle un parte por atentar contra la moral y las buenas costumbres o los productores ejecutivos de Cocinando con Mónica (que deben ser Mónica y su pastaiolla o algo así) deberían buscarlo con una banda de yakuzas para charchearlo bien charcheado. Pero, quizá, tiene suerte y lo importante no es la comida horripilante, el olor a basural que de ella proviene o las múltiples quemaduras de esas que el socio de Teleduc (el de Instalaciones eléctricas, eso si, porque el de Instalaciones sanitarias solo sabia destapar baños y hablar de las cañerías de 1/4' de cobre) le decía que había que tratar de evitar. Quizá lo único importante es la compañía. Ai nou, ya me pasó.

C:

PS: A la vuelta, Marce, te tengo cazuela. Fijo.

domingo, 22 de junio de 2008

Sonrisas o de como tener una buena lista de reproducción

No voy a hablar de grandes alamedas ni nada de eso, aunque podría: me sale fácil la grandilocuencia cuando hay que llenar espacio. Tampoco voy a hablar del calor brutal que ayer invadía la noche parisina (y sus nefastas consecuencias para el sentido olfativo del neófito a las tierras galas, ajenas al antitranspirante). Tampoco de que cuando hay grandes masas de gente, los franceses gritan. Nunca lo voy a entender, pero como que les gusta gritar onomatopeyas al aire porque si. Por útlimo podrían gritar algo más cercano a "Fuera Domenech" o "Muera el Roto Quezada", no?.

De lo que si voy a hablar, parte porque aparecieron muchas fotos que no recuerdo haber tomado (videos inclusive como el de arriba), parte porque que quiero, parte para que tú sepas, es sobre la famosa Fête de La Musique, in french llu nou?. El año pasado, si más lo recuerdo (la parte que recuerdo) no estuvo tan buena como ésta. Partiendo desde mi depto (ahora le digo mi depto, me costó como 5 meses cachar que era mío... si seré gil), en casi cada esquina había algún grupito self-made, tocando, cantando o percutiendo (mi cabeza de acordarse, resuena por la percusión... au!). Estoy tratando de hacer una lista de las burradas que vi, a ver como estoy, Godoy.

Saliendo del depto, un grupo de vejetes en el nunca bien ponderado (y nunca lo será tampoco, de eso me encargo yo) Café Cumbia (si, ese es el nombre, no es un chiste ni una talla... quizá una manda) le hacían a los Congotronics. Incluso tenían una base de fanclab, compuesta por franceses que tenían esa enfermedad múltiple congénita: fémur soldado a la cadera más completa ausencia de ritmo. Sonrisa N°1. La prefectura de policía al lado, impertérrita, no atinaba a mandar "amigos en su camino" para parar esta perturbación al orden y las buenas costumbres. En la esquina, en el bar de la esquina, un Karaoke medio improvisado de Elvis se escuchaba desde lejos. Un viejito chiquitito con cara de picarón, mirando de frente a una cebollita de veinte mientras le cantaba Blue Sway Shoes me sacó la sonrisa N°2. Saqué una velib (que luego quedó en mi depto unas cuantas horas porque estaban todas las estaciones ocupadas: mi cuenta corriente suena como máquina tragamonedas, como el ruido que hace la Marce cuando pierdo puntos). En velib, en el primer semáforo, me suena un Dylan con buen acento chute pidiendole alguna que otra cosita a Mr. Tambourine Man. Dos viejitos medios californios, en la esquina más oscurita, se estaban dando, y no eran consejos. Otra sonrisa a la cuenta. Antes de enfilar (no piense mal) hacia la Place d'Italie, jam session live muy a lo Coltrane en frente del parquecito de Choisie. Dos personas los escuchaban, una se iba yendo, mientras sonreía, en velib.
En la Place d'Italie, estaba quedando la pura patá. En medio de la placita esta, un tipo imbuido con Bowie le cantaba al mayor Tom. Yo creo que el caballero ese agarró su nave espacial y apretó cachete (entre astronautas nos entendemos) a la vereda del frente, a ver como un grupito de francesitas se crían Hole y hacían, como dice mi viejo, puro ruido. Yo sonreía sin tapujos, mientras pedaleaba porcinamente. En les Gobelins, ya era la hora de la locura. En cada esquina alguna agrupación diferente: los polnafans (chasca al viento I kid you not) cantando Love me, please love me del maestro Polnareff ni se inmutaban con los tipos Sensation White que le hacían al punchipunchi al frente. Espasmos pensaba, mientras ya me reía no más. Unos se crían brus esprinstin, otros cantaban I put a Spell on you (pero la versión media Barry White, que es la que me gusta a mí). En filas de autos infinitas (no infinito a lo Chuck Norris, ah, no confunda) que llegaban al Quai Saint Bernard (ese en frente del mundo árabe, que ahora si que parecía un Mundo Arabe porque nunca había visto tanto Merguez junto y pa'l bajón es superior: Rata puede confirmalo) se escuchaba una que otra de Bob Sinclair, pero las pegotes que ya aburren porque una las ha escuchado chorromil veces.

Ya en el Saint Bernard, salsa, merengue y son. Mucho Jugo. Mucho. Pero eso no tenía mucha música, por lo que no lo voy a comentar (si quieren lo hago, pero después que o si no no me acuerdo de la lista de reproducción). De vuelta, hice callar a una velib que me molestaba con un pito no-musical. Me sacó otra sonrisa. Cuando ya el sol estaba arriba, logré llegar de vuelta al depto. Me acosté como a las 7, no si antes escuchar Me haces bien, pero bien jorgedrexlereada. Y como ya pueden adivinar, esa si que me saco una sonrisa.

C:

miércoles, 18 de junio de 2008

Niza o de como tirarse piqueros


Yo creo que hace tiempo que no me sentía bien (esto quizá se remonta a la vez cuando me regalaron un danky nogatonga megalosomanjarchafafrinilofo luego de haber sacado buena nota en técnico manual que era lejos mi peor ramo). Y va a ser difícil superar esto, quizá si me ganara el Kino o si encontrara en la calle una tesis sobre mi mismo sujeto de investigación escrita por un tipo con un nombre como Claudio Falcone y le pudiera borrar la e para que pasara piola y así me fuera más rápido a Chile donde me ganara el Kino (al final todo cae en ganarse el Kino: es que ver a Enrique Maluenda y constantar que su cara no está hecha de plasticina es, para mi, una odisea mental).
Toda la semana ha estado de pelos, y no los míos que son escasos y poco dóciles. Mucha pega, sip. Pero la ñoñería la he tenido desde pequeño, como diría el gordo. Lunes y Martes, nada nuevo, salvo que en el nuevo formato trebajólico chino mandarín con insomnio, Jefecito se pone asusta y se escapa. Miércoles, el mejor regalo (el mejor). Jueves a Sábado, playa y sol en Niza.
Niza debe ser de esas ciudades que nunca son lo mismo siendo siempre iguales. Uno sabe a lo que va, pero nunca sabe lo que encuentra. Me tocaron días buenos buenos. Compañía aún mejor. Me reí como nunca y se rieron conmigo de la misma manera (quizá un poco más debido a mi carácter medio pavo medio pastel, pero enteramente gil). A pesar de que mi cuenta bancaria ahora es más negativa que comentario de Pamela Jiles, el saldo solamente puede ser positivo (un gogol por lo menos). Domingo de vuelta a los parises, para torreifelear un poquito. Incluso cuando uno les pone cara de "no molestar que te deporto", los negritos de la torre Eiffel igual quieren venderte (en todas las lenguas posibles) sus réplicas meidinjoncon. Lunes en la mañana, de vuelta a la rutina, aunque casi le digo no a la responsabilidad . Casi me tiro un piquero de nuevo, y no me refiero a ninguno como lo que me di en las playas de Niza.

Creo que, si leiste esto, te diste cuenta que es para ti, no?.

C:

lunes, 2 de junio de 2008

Las cuatro han dado y sereno o de como caminar sin pensar

4 AM y todo sereno. En la cama, en el departamento y en la calle.
No al mesmo tiempo mesmamente, porque la causalidad es tan fuerte como el amor de madre. No voy a usar comparaciones con los franceses porque todavía no llegamos al peak en Julio cuando el amor de madre, abuela, tías y pololas queda chico comparado con la brutal pared sudorífica.
Sin disgregar mucho, al punto: se me ocurrió creativamente (no ven el título del blog?) salir a caminar a tempranito. Pensé en correr pero, por un lado me dió un tanto de hastío tener que ducharme dos veces en menos de 2 horas (me iba a despertar igual a las 7) y por el otro, mis "aditamentos" no son los buenos: polera de esas antitodo (antitranspiracion, antilavado, antiolor, antipegamento, "antiojo"...), lentes pa correr (que no usaría porque era de noche), Aipos (soy antiMac, sorry a los Apple boys), patas (tengo que explicar?) y el espíritu deportivo competitivo de esos tipos que cuando corren parecen termineitor con dopping y sed de sangre mientras soplan a ritmo alemán. En verdad no fue tan creativo, fue entre sugerencia-mandamiento (que no digan que soy obediente, pero que tampoco digan que no soy obediente: al final que no digan muchas cosas de la obdediencia porque no le hago mucho a eso, salvo cuando quieren que lo sea pero sin que yo me de cuenta).
No pasa naranja a las 4 AM un domingo. Alguno que otro se pasea con cara de pocos amigos, muchas moscas y unas tantas deudas. Yo, con cara de recién despierto (o sea, mi cara de gil normal, más una que otra mecha parada y ojeras del tipo Goofy) intentaba aclarar dudas y pensamientos. Para los que todavía no se aburren de seguir leyendo, tienen mucho tiempo libre o son de la extraña clase de gente que gusta de la inconexidad, helos:
  1. Si me cortara la barba parecería imberbe. Obvio, eso significa. Pero también medio adolescente. Adolezco de sentido común, que es el menos común de los sentidos. Eso lo dice mi viejo. Pero también otra gente. Porque mi viejo no es tan creativo. A pesar que me hace reír como loco. Bueno depende de que tipo de loco.
  2. Juanito, Juanito, Juanito. Porque no le puse mejor Mercurito o Oscilorio?.
  3. Debi haberme puesto chalas. Andar con zapatillas sin calcetines solo hará que se me peguen las patas al fondo plástico y de ahí sacarmelas será un parto. O aún peor, cálculos renales.
  4. Donde estoy?.
  5. Ah, ya me ubiqué.
  6. Nope, sigo perdido.
  7. Niza no está tan lejos, y es un tanto carozzi. Mmmm, Carozzi con Tuco. O coditos con Tucco. O Corbatitas con Tucco. Quiero Tucco.
  8. Ese loco se parecía al Divino Anticristo, jajaja. Ups, espejo.
Luego de notar que los pajaritos cantan (formato Shrek en todo caso) y la luna se levanta (talla pa' mi vieja), media vuelta y camino de vuelta para la casa. Al final, caminar sin pensar no se puede. Lo que si se puede es pensar pocazo.

C:

miércoles, 28 de mayo de 2008

El tiempo y algo más o de como se fue Jueguito


"Primavera: una de las cuatro estaciones de las zonas templadas, la transición entre el invierno y el verano. Astronómicamente, comienza con el equinoccio de primavera (21 de Marzo). A veces es considerada como los meses enteros de marzo, abril y mayo."


Claramente el tipo que escribió esto, debe haber trabajado su buen resto de tiempo en wikipediars. Las definiciones como ésta me hacen recordar el discurso de Don Nica en la Universidad de Talca (si, como Viña tiene Festival... Talca tiene Universidad), leyendo la biografía de Bernardo Origen de algún libro castellano que rezaba algo del formato "Bernado O'Higgins, libertador español, nacido en Chile".
La "niña rosa" como le dice mi señora madre a la cucarra estación se asomó un rato hace unas 3 semanas y de ahí, la chistosita, se fue de parranda. Sólo nos dejó nubarrones y lloviznas inconexas como otras entradas de este recodo virtual. Creo que hasta al alemán caucásico del Tiempo y algo más (el algo más creo que eran puras sandeces y uno que otro intento de chiste sabor peluca con talco) estaría sacandose los pelos de la cabeza por no saber cuando se van a acabar las oscilaciones climáticas. No entiendo como la gente soporta no saber cuando va poder tener un día con sol por más de 10 minutos seguidos. Con la cabeza más enredada que Gerald Bostock cuando escribió el Thick as a Brick, me pusé a caminar dirección depto. Tarde como siempre, cerca de las 4 de la mañana. Al parecer sigo con el horario chileno: no consigo producir antes de las 11 de la noche. Y llevo así su buen resto de tiempo. Creo que por lo menos desde que Jueguito se fue de la casa, a pasear por las Españas. Intereses de por medio (baños de tina y tocaciones varias) pesan más que el hogar para el pequeño. Aún más si te llevan acariciado. De no volver, a Rinconada lo iré a buscar. O si no, espero que vuelva antes que la primavera vuelva... si es que lo hace.

C:

domingo, 25 de mayo de 2008

Mistery Machine o de como hacer filita india

Eran como las 3:14. Lo dice fehacientemente la foto de la gauche, pero no la gauche caviar por siaca (acá somos de la gallá). Nótese el parecido con la insigne van de Scooby-Doo, pero probablemente esta huela un tanto mal comparado a la Mistery Machine, si es que un dibujo animado puede oler (yo siempre creí que Pig Pen era pestilente, pero parece que no lo es en segundas reflexiones).
De vuelta de la multifête de Pelao y la Jeanne en el Bar de la Amistad, por ahí por los Parises pero bien pa'dentro decidimos seguir la jarana. En la caminata hacia el Canal Saint Martin, que está un poco más pa'dentro (no me pregunten direcciones porque no nací para ubicarme... en realidad soy un desubicado), perdimos el metro. Perdimos varios en realidad, en parte por nuestra nula capacidad de afrontar la derrota a manos del sistema público de transporte y en otra parte por lentitud de los comensales. De a poco comenzamos a perder parte de los contertulios (es la vejez, es la vejez me repetía), para quedar solo 5 valientes, intrépidos, corajudos... pa' que exagero: los con más sed.

Como a falta de pan buenas son las tortas, cambiamos el vil y putrefacto metro por algo más adrenalínico: la velib, que son bicicletas "arrendables". La mía estaba buena, forreable (antes de que se sonroje, forrear es el jueguito de cabro chico en el cual uno rayaba la acera dejando apretado el freno trasero, ergo la rueda posterior se trancaba haciendo que el caucho se calentara y se pegara al pavimento) y con menos peso porque algún banlieusard le voló el canastico metálico. Al final, luego de los compatriotas lograran entender como poder los códigos y demases, nos fuimos en busca del famoso canal. Volver a andar en bici es como dice el ufemismo. El problema está en que a pesar que la memoria muscular vuelve, se demora. Algún pencazo me di. No muy grave: no hubo fractura de coxis o dolores de cartílago. Cuando todos estuvimos prestos, nos fuimos en filita india por las ciclovías (sip, existen y son únicas), M dirigiendo el camino, Carola cerrando la patrulla. Lo bueno de ese trayecto es que era en bajadita. Me acordé las bajadas del Cerro la Virgen en Talca (las subidas también, pero esas eran en auto dirección mirador con motivos menos "deportivos"), salvo que esta vez no llegaba a mi casa y no estaba en condiciones de hacer piruetas (casi pierdo el equilibrio al tratar de saltar de la acera a la calle, mea culpa y del tipo que se le ocurrió hacer las bicicletas en plomo hiperdenso). Ya en el canal encotramos más corajudos coetáneos coterraneos: parece que la noche parisina da sed. Y más si uno se pega un pique en bicicleta nocturna.

viernes, 23 de mayo de 2008

Encierro personal o de como ser elefante submarino


00:00 hora continental. No tengo idea de la hora insular porque los señores chutes tienen islas para regalar: todavía me sale sonrisa socarrona cuando me acuerdo la portada de los diarios galos luego de la derrota en el mundial del '06, diciendo que los jugadores franceses "retornaban a sus paises de orígen" (eso y que el cabezazo de Zidane "no fue para tanto"... inserte risas aquí). Y a esta hora, justamente, a esta hora, me doy cuenta que pasé todo el día encerrado. O casi todo el día, porque temprano salí para comprar los insumos básicos (dícese Palta, Pan, Pesto y Palta, en ese orden). Ah, Cristina, la palta( oh tesoro natural, secreto escondido a candado de oliva, verde como el verde debiera ser siempre y como debiera ser nunca) no es una fruta... es una nuez.

Lo del encerramiento es cuestión mía: me baja y me baja. No me sale y no me sale no más. Si tuviera tele en el encierro...no, mejor ni me imagino porque puede ser muy tentador. Creo que al final estaría con pelaje Mufasa sin olor franchute eso si, porque decencia (y desodorante) tengo, y psique casi formato elefante del zoológico de Lyon, de esos que a falta de espacio para caminar hacían pasitos de baile en una baldoza, pero mirando fijamente una pared durante sus buenas 5 horas. En todo caso, no llegaría a los extremos elefantísticos: cuenta la leyenda que uno de los elefantes, en medio del encierro carcelario brutal, decidió pasar a mejor (esperamos... por él y su familia de la sabana, no confundir con sábana) vida suicidándose en una fosa de 2 metros de profundidad que en esos lustros se llenaba con agua. Digo "quiso quitarse la vida", porque sacar la trompa no le costaba nada... fue una elección personal, casi existencialista (le voy a decir Gregorio Samsa en mi memoria). Y también me encierro por porfía, aunque tenga opciones: Carola me llamó para ir a "lo de los museos gratis". Idem Rata. Idem cuadrado de Iver. Yo, echado en la cama mirando el techo y rascandome el ombligo como si fuera a encontrar Petroleo Sangriento, pero con menos curitas vivarachos, decidí al final decir paso. Última vez, en serio. Última vez

jueves, 15 de mayo de 2008

Juanito o de como la tesis nunca es buena, mata el alma y la envenena

Intenté algunas cuantas veces explicarle lo que era Juanito, pero la cabra era porfiada porfiada del verbo porfiada conjugado en el pretérito porfiado. De esas que cuando uno dice sí, ella dice no hasta que el otro dice que no porque si sigue diciendo que sí, el monosílabo va a perder lo mono y lo sílabo o se va a gastar como suela de zapatilla Adibas o Diaborda. De las que martilla más duro de lo que pega un yunque ACME en la cabeza.
Es que Juanito no es cualquier burrá. En parte fue la primera prueba fehaciente de que no tengo una afinidad natural con la destrucción de aparatos de laboratorio. Yo creo que ya son míticas mis historias en el DFI por aquella vez en que mi paso por ciertos ramos experimentales produjo pérdidas sustanciosas a la Universidad: la máquina de ultrasonido la quemé, varios tubos de cuarzo se hicieron trizas (esto, mientras matabamos arañas de rincón con nitrógeno líquido... interesante concepto, bien Demolition Man, pero esta vez incentivados por profesores del área) y principalmente la bomba difusora, aunque para esa bomba la culpa es compartida con el pelmazo que etiquetó como Acetona la botella de Soda Caústica. No, no se asuste, no explota... aunque en las "capaces" manos de Diego y mías, probablemente el mal funcionamiento pudiera haber provocado estragos. Por otra parte, Juanito es mi experimento de tesis. Qué es lo que hace? no lo sé bien. Yo creo que ni el pobre cabro lo sabe. Pero de que se ve bien, se ve bien (hasta, diría, salió pintoso). Me acuerdo de él ahora, porque ya veo que se acerca el término del periplo europeo. Dreadful day o como quiera llamarlo. La tesis avanza a pasos... no puedo decir agigantados porque yo camino despacito. Tampoco a pasos lentos, porque pocas veces he sido de los que se quedan atrás en la cola, excepto cuando el desgraciado de Murphy entra en juego y me cambio de cola para ver que la cola de donde partí avanza más rápido que la actual cola. He dicho cola muchas veces... 5 es suficiente.
Pero de que avanza, avanza. La cola y la tesis (Ok, 6 veces es suficiente).

C:

domingo, 11 de mayo de 2008

Formalina 3500 o de como madre hay una sola

En estos días donde hasta el Hogar de Cristo tiene sponsor por el consumismo excesivo (y en el caso del HdC, creo que es una gran idea porque sólo vendiendo camionetas verdes en miniatura no se puede hacer mucho), a cada día le ponen algun apellido: Día de la Mazorca, Día de la Marmota, Día del Palo Encebado, Día de Los Pollitos Dicen, etc. Puede ser que haya que vender hasta el alma en este mundo actual de pacotilla y por ello tratan de vender lo invendible (dícese el último disco de René de la Vega), pero de repente, bien de repente, así como de chiripa "à la Fleming con sus honguitos" de repente, le achuntan a uno que otro nombramiento. Este fin de semana, le dieron el palo al gato (el pobre gato ése debe estar con el suave Politraumatismoencéfalocraneanosupercalifragilisticoespialidoso). Unas cuantas palabras solamente: Feliz Día!, le debo el regalo.
Esta parte es la parte difícil de escribir, no porque no salga fácil, sino porque hay mucho de donde elegir. Una vez me dijeron que uno se acuerda mucho más de los detalles de las personas que de los grandes rasgos. De mi vieja me acuerdo de los dos por igual, sólo que los detalles me sacan siempre sonrisas (a decir verdad, de los otros también), como por ejemplo que conoce el nombre de todos los repartidores de diarios, tarjeteros, vendedores ambulantes y maestros chasquillas de la región (todos se llaman igual: Amigo.); que tiene que hablarle a la mayor cantidad de gente desconocida posible sobre mi, para después no recordarse de nadie; que almuerza como a las 4 porque trabaja como china mandarina trabajólica bajo presión (culpa de ella puede ser que saliera tan ñoño, aunque las culpas son compartidas); que le achunta a mi nombre siempre a la tercera; que se ríe y me río; que se enoja y me río también; que puede cambiar de sujeto de conversación más rápido de lo que uno lo puede agarrar (clásica es la leyenda sobre como hablándome sobre verduras se le ocurrió hablar al aire sobre el precio de alguna cantidad irrisoria de Formalina, sea lo que fuere aquel compuesto, para volver a comentar el alza del precio de los porotos verdes); que nunca le achunta a la hora, aunque ande con reloj. En fin, que se le echa de menos como condenado y que se le quiere mucho.
Debería hacerle un monumento (formato Muralla China pa' verla desde la Luna, pero un tanto más colorinche... ella hubiera preferido un color del tipo, y cito, "conchodevinoterracota", molestias a parte de la Máquina por saber más de dos colores: negro y blanco) por aguantarme y a los otros 3, pero probablemente me diría que no, que es muy pomposo, que sólo quiere seamos felices comiendo perdices o saldría con alguna frase célebre Zen, como cuando terminó Estarguars y salían los lledis como el fantasma Tongas: "viste C:, todos somos seres de luz". Plop de parte de todos.

C:

viernes, 9 de mayo de 2008

Lanzapoleras o de como pega la mañana

Antes que todo (decir antes que nada me suena idiota, porque a) nunca me ha gustado la respuesta de Santo Tomás al que pasaba antes del tiempo y de la nada, que era algo así como "lo que pasa antes del tiempo y de la nada no son cosas que atañen a Dios", o sea, sácate un pillito poh, y b) antes de nada no hay nada, pero si uno piensa eso significa que la nada era algo y deja de ser nada... o no estoy entendiendo nada), Feliz Cumpleaños!.

Campitos agarraba la botellita de Kronenbourg como si se fuera a caer (en efecto, casi se le cae) mientras discutía con Rata sobre una infinidad de bandas de rock con nombres ominosos como Death o Opeth. No es que sean malas bandas, pero no las escucho asiduamente (al menos tan asiduamente como me rasco el cuarto metatarsiano del pie izquierdo... claro, y ahora me pica la burrá). C: cantaba a todo pulmón a las 4 de la mañana una canción de los Beatles que ahora no recuerdo, pero que con alta probabilidad era A Hard Day's Night, por insistencia de Carola. M y la Máquina estaban afuera del lar de los BravOviedo, fumándose el gogolésimo "pucho". De las discusiones de afuera no puedo decir mucho, porque en mi estado de flojera extrema con una pizca de comodidad, estaba casi atornillado al sofá (muy al estilo de mediocampista de equipo de viejos cracks, de esos que la ponchera los hace correr más rápido por la gigantesca inercia que les da y que les hace bolsa los meniscos porque parar un barrilito corriendo no se hace sin esfuerzo). Fue un buen final para el día, que ya había empezado tarde porque por los Parises es feriado: celebran el fin de la "Gran Guerra" (la que pelearon de verdad, creo). Lo celebramos como se debe, a pesar de no tener pito que tocar: no somos árbitros de nada. Cuando M entró, casi a las 6 (o esa es la hora que quería proyectar en mi cabeza), comenzaron a cantar algo sobre un tal Polaris, pero que se escuchaba claramente como Lanzapoleras. Me recordó mucho cuando uno confundía el inglés del Killing in the Name of en el colegio. La cuestión cayó en impetú: hora de irse. Ya a la salida nos dimos cuenta de que el solcito está pegando, sin clemencia. Con el horario cambiado y uno que otro reto de la negrita de enfrente por nuestros múltiples improperios en español (en verdad creo que le tenía ganas a Rata, pero esa es mi opinión poco informada), caminamos al metro. Veremos que se hace mañana dijimos. Eso no es del todo cierto, la correcta frase debe haber sido: "Esto fue un error... veamos que hacemos mañana".

C:

miércoles, 7 de mayo de 2008

Chalas o de como mi mamá no me las compró

Creo que eran Brooks. No es que me acuerde por el nombre del talco para pies (aunque es una buena referencia, para mi EL talco siempre fue y será el del pie feliz), sino porque Patrón gustaba molestarme en Educación Física (notable oximoron: nunca me educaron y jamás fue físico, salvo las veces que nos dejaban jugar a la pelota contra los malangas del 4to A) cuando me ponía el par de zapatillas más estándar que he tenido en mi historia. Nunca, creo, serán fetiche vintage de algún tipo de tribu urbana, a menos que esa tribu tenga por motto "no tener estilo". En realidad, como zapatillas sin rasgos característicos, eran harto cómodas. Hasta que pasaba la semana de uso, se les salía la planta (por dentro Y por fuera) y había que cambiarlas por otro par, de mismo estándar: estándar hasta las masas. Buen punto para los calzados Brooks era su bajo costo. Unico buen punto si lo pienso. Recuerdo que el reclame (para usar términos de la tele regional) rezaba algo así como "tú puedes ser el primer número 1 en usar Brooks" (este era el tiempo del Chino Ríos, del no estoy ni ahí y del Grande jogatore!). Yo me preguntaba cada vez si a la gente que estudiaba publicidad (que no se estudia por correspondencia, como bien rescataba la Máquina) les mostraban esto como ejemplo de como NO vender un producto. Al final tuve que convencer a mi vieja de dejar de comprar este tipo de, como decirlo, receptáculo plástico anticaminatas, y tratar otro tipo de zapatillas, porque sin exageración prefería mucho más jugar a la pelota con ojotas o chalas, à la Chumita que ponerme los trastos plásticos esos. Ahora que lo pienso, quizá por eso es que tengo tanta zapatilla botada en Talca, Santiago y los Parises, como para poder decir "mi mamá no me las compró". Pero poco importa, con el calor (cuidado con la confusión, de pequeño aprendí como lección importada por alguna asesora del hogar que el calor es cuando es poca y la calore es cuando es mucha) que está bajando quizá a pata pelada comience a transitar. Y claramente el talco para pies no será Brooks.

C:

El jueguito del bajón o de como casi me electrocuto

No es mío en realidad. Pertenece a Jorgito. Fue un regalo de cumpleaños (cortesía de Don Pedro Jara-Moroni, notable valor, excelente conocedor del quartier latin, mapa en mano eso sí), de esos celebrados en el boliche de Gambetta, donde los convidados de piedra son los vecinos que tocan el timbre . Al final el míster no se lo llevó y quedó como cachibache chez C:. Realmente, no es cachibache si lo comparamos con la cantidad de artefactos e idioteces que, de vez en cuando, considero necesarios (todavía tengo una llave que no le hace a ningún candado y un candado que no le hace a ninguna llave... en duplicado). El meollo (buena palabra, aunque algunas de sus partes me parecen excesivamente manoseadas) del asunto es que el jueguito, que consiste en 4 manijas prensiles que están conectadas por cables a un centro rojo con un botoncito que brilla mientras suena una música que hace parecer las codificaciones de sonidos del Montezuma (el uno, no el dos que nunca lo pude dar vuelta) como la Novena de LudwigVan y que envía un golpe de corriente al último que apreta el botón cuando la luz del botoncito se apaga, se transformó en el jueguito del bajón en mi casa. Lo que muy poca gente sabe es que una de las 4 manijas está mala, por lo que jugar de a 4 es la mejor opción para él que sabe: siempre se van a reír de "don (o doña, porque el mundo ya dejó de ser machista... naaaaa) gil que agarró la que no funciona". Una de las complicaciones, eso sí, de tal artimaña es saber cual de ellas está mala. Una opción es jugar sin saber, pero eso le quita el placer malévolo de reirse en la cara del que no sabe porque siempre pierde. La otra, es como muestra "el modelo" (Rata) en la figura: intentarlo uno mismo.

Yo no lo he hecho, porque no me gusta electrocutarme. Es más, para eso soy un tanto cobarde: desde que casi me electrocuté en el Laboratorio, quemé el fusible de la pieza (32 A, 400 V) y por poco me echo la fuente de poder de Juanito que prefiero no meter más "las manos en el asunto".

C:

martes, 6 de mayo de 2008

Conversación de pasillo o de como un pie con eficient es un pie feliz

"Bonjour", con la mejor cara de "si te sobra un poquito...".
Grillos de respuesta. A veces algún pato, pero claramente jamás Yañez. Es lo usual en todo caso. Las conversaciones de pasillo en el laboratorio no son de las simpáticas, salvo con contados especímenes que no guardan ninguna relación con el promedio (otros estadísticos incluídos, menos la moda porque me recuerda a Beatriz Vicencio) que transita por los pasillos. Hay dos de los que guardaré recuerdos, buenos y malos: el del LPS y el del LPT.
LPS significa muchas cosas, pero ahora se me viene solamente una a la cabeza: café. Cápsulas de café. Al menos 4 y máximo 7, aunque los records, como dijo Tony Stark, son para romperse (quiero una Mark 2.0, como cualquier cabro chico o adulto grande que haya visto Iron Man). Y todos los días, ah. Probablemente me haga mal, pero es eso o bajar la productividad a niveles cercanos a cero (cero en realidad, pero con algunas fluctuaciones despreciables). En el pasillo, con café en mano o sólo el vasito plástico como recuerdo de lo bueno que estuvo el menjunge cafeinézco, me topo con gente que apenas puede levantar la cabeza para decir hola. C:, con poca vergüenza y menos honra, dice hola como quien vendiera fruta en la Vega (lo he hecho, no es fácil). De repente me responden, de repente no. Yo continúo saludando en ese pasillo color mostaza añeja.
El otro pasillo no tiene mucho que envidiarle al del LPS en términos de "simpatía y buen humor", pero claramente es mucho más contundente en términos salubres: no recuerdo un día en que haya pasado por el pasillo del LPT en que no haya sentido ese olor a alpargata Iberia vieja, de esas que exigen el comercial de Eficient, mezclado con queso Roquefort añejado, con más hongos que de costumbre. Es como si algún viejo crack del Grupo de Renormalización (no es una corriente revolucionaria... ahora) se hubiera muerto y los otros viejos cracks lo dejaran en su escritorio para que alguna gran fluctuación lo devolviera a la vida, como el viejito que se despertó en su funeral. La cosa es que no es un buen lugar para pasear antes del almuerzo porque el hambre se va tan rápido como el deseo de quedarse ahí parado. Hasta que alguien te dice "Bonjour" de vuelta.

C:

lunes, 5 de mayo de 2008

Exquisita Pilsen o de como cambia la vida en la mañana

Luego de un fin de semana del que no quiero acordarme (y del que tampoco puedo por motivos psicológicos: clara ausencia de autocontrol y conocimiento de mis propias capacidades... físicas), decidí tratar de enmendar el rumbo de mi paupérrima vida parisina. Disculpas a todos lo que quieran saber que pasó en tan magnánima reunión el pasado Sábado. E incluso más disculpas a los que me vieron (el tiempo que estuve reconocible) asistir.
Dejando de lado todo el cuasi soponcio matutino (que nada tiene que ver con su raíz vernácula), me levanté tempranito. Para la Máquina, esto hubiera sido una abominación. Yo no lo considero tanto así: error de juventud es lo que más se acerca. Para disculpar mi exceso de responsabilidad, como aliciente a salir de la cama, mi pieza tiene doble función: de noche, digna y respetable morada, de día mezcla rara entre carpa a efecto invernadero y solarium naturista. Breve, C: estaba de pie y andando a las 7 de la mañana, sin ninguna ayuda de medicaciones externas (café no vale, C: sin café es como Cachureos sin Epidemia, porque el Gato Juanito me dejó de caer bien desde que le pegó un charchazo a su esposa que hacía de polola del Luciano Cruz-Coke en Amor a Domicilio). Estaba tan prendido (digamos, no-dormido mejor) que decidí echarle una limpieza a la casa (limpieza es un tanto exagerado para vuestros estándares, pero ahora ya no se ve "el sucio"). No quedandome más que hacer en casa, salvo ver el correo por la gogolésima vez, me dije a mi mismo (acá comienza el error de adolescencia... adolescencia de sentido común en todo caso) que podríamos salir a trotar, porque decir correr estaría alejado de la realidad. Oquei, guainot?.
Entre las 8 y las 9, mi barrio (ya le digo mi barrio, a pesar que conozco 3 cuadras con suerte, una de las cuales la conocí por mi proverbial sentido de la ubicación: no existe o de existir se limita a ubicar mi cabeza sobre los hombros) cambia radicalmente. Eso si, los "personajes" franceses siguen apareciendo. No sé porqué, pero al parecer París crea un ambiente propicio para peinar la muñeca. En outre, no aparecen sólos. Ya saliendo del depto, al frente de la prefectura de policía, 2 negritos hacen una especie de Macumba o tienen una crisis nerviosa porque parece como si les hubieran puesto corriente en las orejas, casi como en Jackass. Ni los miro mucho, cara de pocos amigos, salvo los que quedan en la peni. Una señora me ofrece una manzana que le sobra, porque al parecer me parezco a un loco de la tele francesa o algo así. Tranquilo el bobby ah, no me creo el cuento de chute: probablemente el socio sea el típico comediante fome medio inmigrante que habla medio rápido... Mmmm.
Cuando llego a la calle del parque donde voy a correr, esa que una vez recorrimos con Ojos de Aceituna antes que a los árboles les chorreara el verde por las ramas (o ya había empezado el verdor?), me pillo con el primer especímen. A estos tipos les gusta tomar cerveza en latas de medio, agarrándolas como por el trasero y manteniendolas equilibradas con sumo esfuerzo. Debe haber llevado unas cuantas (4 latas le conté, ordenadas como los pilares de "sucédaneo de mármol" de mi casa), pero al parecer las disfrutaba a todas de la misma manera: sentado en la banca verde, bajo el árbol verde, bebiendo de la verde lata. Espero que no haya estado verde por tomarse otra.
Sigo corriendo hasta llegar al parque. Incluso haciendo lo que hace un francés (correr con la peor pinta posible y oliendo aún peor) la gente me mira con cara de "No, no va a resultar". Pongo la mía de "Croissant aux amandes" y sigo corriendo. Dos vueltas a la fuente gigante que se ciñe al camino de, creo, plátanos orientales (me sé el nombre por alergias; si me preguntan por flores, todas se llaman igual, árboles o son catalpas o plátanos orientales) y aparece otro "bebedor compulsivo". Este, en todo caso, interactuaba más con sus alrededores: cada vez que pasaba al lado en formato acá vengo yo, lanzaba un gruñido. Pero no sé si era a mi o a la cerveza Amsterdam (era Amsterdam o Amstel, don't know, pero de que no era la primera, no era la primera). Tenía también esa cara de comercial ochentero de "Exquisita Pilsen", pero con más bronceado de cantina. Ah, se me olvidaba el aditamento que le daba caché al tipejo: Libraco de por lo menos doscientas páginas bien puestas. No sé cuantas de esas leía, o si podía leer, aunque igual me imaginaba con risa en la cara que era alguno de Sartre. Varios otros vetustos próceres se las daban de eruditos del procrastinar, con sendas cervezas también, continuando una conversación de años quizá (me pusé un tanto Macondo, pero es lo que se me viene a la chiruca). Atrásito del parque, créanlo o no, varios pergüetanos hacían lo que sólo puedo calificar de cimarra. Al darme cuenta que el cuerpo no me daba más para estos trotes (literales y no tanto), me volví por donde vine, no sin antes comprarme sendas manzanas convertidas en desayuno. En la mañana todo es diferente parece, hasta yo.

C:


jueves, 1 de mayo de 2008

Illinois o de como cae la teja

Uno siempre espera lo que no llega y siempre llega lo que uno no espera.
Esto lo digo no porque sea una procesadora industrial de clichés y ufemismos (aunque de repente el rubro industrial no paga mal), lo digo porque lo creo a ciencia cierta. Como cuando uno era chico y esperaba que le llegara el tremendo regalo para el cumpleaños o para Navidad, sólo para que una semana después anduviera botado por la casa, usado como pelota de fútbol por el hermano menor, trancador de puertas por la nana, pisapapeles sin peso por su propia decisión o sencillamente tirado en un rincón de la pieza, al lado de los regalos que habían pasado por la misma suerte, años atrás. Y ese que nunca diste un huevo por, ese que parecía comprado en frente del Eurocenter a un viejito parecido al ya clásico casero del colegio, ese que claramente apareció en Canal 13 junto con las copias de Bob Esponja hechas en tolueno como prueba irrefutable que los plásticos son dañinos cuando se incendian, se rocían con varicela y se les administra ya licuificados vía intravenosa a los cabros chicos, se transformó en el regalón. El que no soltabas ni para ir al colegio (o al baño o la piscina o a la casa del Blai pa' enseñarle lo que era el conjunto vacío). El que tus amigos querían sólo porque jugando con el artefacto se te prendían los ojos y la envidia los carcomía de a poco. Del que uno se acuerda todavía.
Yo no me esperaba llegar acá, haciendo lo que hago (que en verdad no sé bien todavía lo que es). Pa' los que no lo sabían, cuando yo era más chico, más ingenuo y claramente menos guatón, pensaba estudiar derecho o algo con libros llenos de escritura, bien Supertaldísitcos. Digan conmigo plop! o reflauta o alguna de Pepo. Le pegaba un poco a la memoria de los datos freak, como por ejemplo que el artefacto de Don Napo lo guardan en formalina como fuente de poder, muy al estilo Thundercats o cualquier monito animados ochentero de Domingo en la mañana traducido a la mexicana o a los cristales de dilitio (ahí si que no pongo link porque trekkie no soy). De un día para otro me cayo la teja que no iba por ahí el rumbo, que si apenas me entienden hablando español mis amigos menos me van a entender viejotes con arrugas en las pestañas cuando diga otrosí o fojas cero o algun vocablo de alta alcurnia, así que decidí ensayar en la Física (mi viejo debe haber tenido sus 16 músculos para sonreir hipertrofiados durante buenas semanas cuando le dije que quería entrar a J de Beauchef).
Tampoco me esperaba salir de la angosta franja de tierra, por tanto rato. No será mucho, tres años y minucias, pero pa' uno como yo, hogareño como él solo (digamos en verdad flojo y cómodo, suenan más veraces y menos "yo quiero ser presidente porque soy un hombre de clase media", llunou?), se veía un poco lejano.
Menos me esperaba encontrar buenos amigos (La Asefe en pleno presente). De esos que te levantan el ánimo cuando anda bajo, que saben donde picar para que uno se enoje casi al borde de lo irrisorio. De los que te conocen. De los que se saben la tallita del verano, que no la sueltan hasta que ya no te puedes poner nervioso porque todos la conocen.
Ahora, después no sé que pase. Quizá me vaya a los Estados Juntos para continuar siendo el eterno estudiante (no hay problema, espacio craneal no falta, ganas tampoco), en las tierras de Illinois o allieur. Probablemente me caiga la teja de nuevo por allá: estás harto bien, cabro.

C:



martes, 29 de abril de 2008

Agenda cultural del 25/04 al 27/04 o de como diferenciar un sapo de una rana

Se supone que los panoramas son para la entretención en el futuro próximo. O también para mirar el allende los Andes, en lontananza, a la distancia, desde el ya clásico mirador, ese a donde uno quiere llevar a la socia en las típicas noches estrelladas de película yanqui ochentera con Maiquel Llei Focs como protagonista en zancos, para mostrarle todas las (suyas propias y del derredor) bondades presentes. Pero el pasado güiquén es digno, bajo toda óptica (sea geométrica o cuántica, see references therein) de mostrarse como ejemplo de Panorama, incluso con la cancioncita un tanto gilipollas (si jóvenes, la palabra es con "s" al final: este recodo virtual lo educa también) que ponían cuando pasaban por la tele los eventos findesemanísticos. Si Yolanda Montencinos estuviera con nosotros, probablemente diría (siempre tocándose ambos pulgares con los índices de cada mano, como si hiciera un cero, y moviéndolos de manera simétrica con respecto al eje de simetría de la chiruca, mientras sus muñecas hacían movimientos de giroscopio y una luz con el terrible guataje iluminaba a la periodista, que miraba directamente a la cámara 3, y al panel de fondo, hecho en plumavit pintado de ordinario azul con el blanco símbolo del canal del angelito) que "el panaroma de este fin de semana es ominosamente extraordinario" o alguna frase con buenas palabras del tipo pregunta de término excluído. Bueno, en este caso, le hubiera achuntado medio a medio.

Viernes 25/04:
Ya me despierto y ya sé que nos fuimos al quinto pino (esa es pa' Diana, que probablemente lea esto el día en que me entienda hablar a la primera). Día cortito en el laburo, esperando el Sena en la tarde-noche. Café yanqui "estarbac" en Les Halles, con copucha all-inclusive. Más tarde comenzamos con algunas blondas al lado del río, mientras la banda improvisada Kusturicamanía aplicaba la canción de Gato Negro Gato Blanco (no confundir con el de tetrapack) por enésima primera vez. Estadísticas, tanto internas como externas, by Rata. Buena conversa, buena compañía, buen clima. Podría seguir con los buenos, pero no quiero gastarlos. Faltan todavía dos días.


Sábado 26/04:
En mi cama, dormían dos lolas. Antes de que usted, lector compungido por el libertinaje europeo que se exuda por la pantalla y llega a sus claros y límpidos ojos directamente a su dentror, transparente cual cielo del Elqui, déjeme asegurarle que no les hice mal alguno...
Bueno, después podemos definir lo que es el mal, es su sentido más epistemológico. Y pape para el siempre cochinón de Beauchef que siempre piensa solamente en la mardá. Para su tranquilidad, yo dormía en otra cama, alejado lo suficiente para no escuchar ronquidos y ruidos varios, de los cuales protegí mi psique (aún así igual quedó pa'l ñafle, para eso lea ci-dessous). Clau y Cristina llegaron un Miércoles, y debido a mi ñoñería, de la que culpo concretamente a la ausencia de UCTV y Pipiripao en mis años mozos cuando vivía en la muy nombe y muy leal, me dediqué a trabajar y sólo pude jugosear hasta el mentado güiquén. Es más, sólo desde la tarde del Sábado. En la mañana, temprano para los estándares de la gente pensante, me desperté y tomé el tren en dirección de la Polytechnique, donde junto con otros especímenes desprovistos de miedo a hacer basura sus meniscos, nos dedicamos a hacer correr nuestras poncheras detrás de la redonda. Luego de esto, usufructuamos del caregallo para hacer, como muy bien dijo Mr. Ford (sorry George, you're done being who you were) una "barbeque". Así es como la gente pudiente llama al coloquial asaito. Carne a la parrilla, blonda fría, "dentro de lo razonable" como bien argumentaba M, jugo o zumo, da igual. Un tiempo de esparcimiento virtual (I kid you not, en el X tienen "Street Fighter v/s King of Fighters 98" donde uno puede jugar gratis: claramente el nivel de ñoñez para no echarse los ramos pasando la mitad de tus horas de vigilia haciendo Hadouken no tiene tope), donde me sentí de vuelta en "los videos de la 1 oriente", para luego tomar el RER-B (pequeña siesta, gran olor) dirección Saint-Michel. Caminata con pan suedois, dirección Quai Saint Bernard, comme d'hab. Reunión con La Asefe en pleno, para despedir a la Ceci que se iba a Chile (un beso pa' usté!), mientras típicos paracaidistas 'chutes se acercaban a pedir amablemente vitales elementos. Tocarra de Iver, cantando "mi abuela/enumanoyo/no me trates de engañar".
Doble C (Clau y Cristina) llegaron más tarde, buen paseo se mandaron por París. Ya todo era o de piña o de manzana (4 para mí ese día, me volví adicto al azote de Eva). "Están de acuerdo?", les preguntaron a mis visitas, a lo que dijeron "Ah?". Eso quería decir, "Si, estamos de acuerdo en que vayamos todos al depto de C: a continuar lo que no quiere acabar". A veces se necesita traducción, lo dice alguien que siempre necesita traductor (se venden por separado). Metro Tolbiac, Cabalgata Deportiva Gillette hacia mi casa, conversa que claramente no se parecía a "Almorzando en el trece", pero más al Maldita sea del Salfate y del Pera. Vecinos alegando porque el cielo es azul. Algunos muertos en vida sobre mi cama, mientras Iver, Campitos y todos los demás gozaban de lo lindo de Eric, el sapo. Nunca supe cual era el verdadero nombre, porque la Clau le cambiaba los nombres como tipos de risa ella tenía. Y todos te hacían reir. Lo importante es notar es que Eric es un sapo, no una rana: lo busqué en internet como media hora a las 5 de la mañana (lo reconocerán por sus puntitos en la espalda, de eso me acuerdo). No hay nada que discutir ante tamaño adminículo. Sólo decir que fue el alma de la fiesta. Seguido muy de cerca por Doble C. Mejor, déjemoslo en Triple C: (regalo para ustedes dos, carefrutillas).

Domingo 27/04:
Despertamos tarde. Naaa, mentira: ellas despertaron tarde, yo soy C: por lo que la tontera me invade: desperté a las 10. 3 horas de sueño no hacen mal.
Salimos tarde. Naaa, mentira: ellas salieron tarde, son mujeres por lo que puedo culparlas de toda demora. Tengo que ganar en algo (Cristina, tus calcetines son excelentes como hisopos).
Fuimos a echarnos un rato al Jardín de Luxemburgo (quizá de ahí el repetitivo deluxe) bajo un buen pedazo de sol, luego de haber pasado en frente del Pantaleón (ni el bar, ni el edificio, un híbrido raro, como la inteligencia militar). Naaa, mentira otra vez: se puso a chispear a lo que debimos recurrir a salir del pasto y sentarnos en las sillas locales, que increiblemente no son robadas del jardín.
El Odeón les sonreía, mientras al dar vuelta la esquina veíamos la exposición de fotos del Figaro. A veces la envidia está totalmente justificada: fotos como esas salen una vez con suerte. Mucha suerte. Y tuvimos el gusto de verlas, con buen tiempo y en tamaño ándate cabrito (trademark del Hermes, que la lleva terrible). Café para mí, jugos (bebestibles y de los otros) para ellas.
De vuelta a la casa, ordenaron el bolso y vieron películas. Digo vieron: yo valía el chicle pegado en la suela del zapato que boté hace dos años tener pegado un chicle tan ordinario, o sea, nada.
A la mañana siguiente se fueron dejando el depto tal y como estaba. Naaa, mentira: estaba mucho más limpio.
Naaa, mentira: se sentía más vacío.

C:

jueves, 24 de abril de 2008

Waaaaaaaaaaaaajajajajajajajajajaja o de como debe haber dolido eso Pichi!

Self-explanatory debería ser el nombre de esta entrada, si supieran 3 palabras de antemano: Amsterdam, Asefe y C:.
Como si fuera un capítulo de Lost, pero sin el pelao Locke, que, para que estamos con cuentos, es el que la lleva en la isla/realitichou/mansion pleiboi (o creen que encualquier avión que viaja por los cielos estrellados del mundo andan guachas como la Sun?): el fin de semana pasado, un grupo de 10 partió con ojos llenos de esperanza hacia Amsterdam. Algunos llegaron antes vía tren (Gaby y Dany), otros temprano en el apasionante viaje en bus con contigente yanqui del tipo "it's like, you know, huh?" (inclúyome y adjunto a Iver, Rata, La Máquina y MariLu) y otros después (Ñaño(F), Ñaño(M) y Jorgito). Todo esto para celebrar el primer año/litro de la Asefe en pleno, con sus buenas y malas gestiones, pero nunca solos (whisky y brandy nos acompañan siempre). Lo que sí es claro es que no voy a darles la lata con lo impresionante que fue el suicidio neuronal o de como la teoría de Rata sobre como las neuronas son como búfalos o bueyes o algún cuadrúpedo patán que gusta de correr por la planicies o de como el dinero se hizo humo (no pun intended number 2). Menos contaré que lo que pasó en Amsterdam se queda en Amsterdam, o por último no queda en ningún lado (casi como el lago que desapareció, pero esta vez mental). Ni voy a comentar nuestro jugo industrial las dos noches que pernoctamos en los tugurios holandeses (yo creo que la fábrica de Watts no alcanzaría para describir la cantidad de jugo/minuto que dabamos; para el regalón o la regalona, sólo por 500 pesos, de parte de importadora ChiwaPhulento). No viene al caso, y aún más, no hay caso.


Lo que les voy a contar es sobre el juego. EL juego. A pesar de ser un tipo versado en encontrones con las fuerzas g (sino no me hubieran puesto ficha de astronauta), nunca me había enfrentado a tamaño monstruo acelerador. 4.3 g no es poco (La Máquina debe tener una sonrisa de oreja a oreja porque logró hacerme decir que sí, él tenía razón en su estimación y que yo otra vez andaba con el teniente Bello comprando pan de molde: punto para ti, mostro máquina gurú transformer repartidor de diario Ayatolah presentador de productos de belleza tarro de Milo de quinientos cecés tractor amarillo inestabilidad elíptica). El jueguito este es sencillamente un palo con una silla amarrada a ambos extremos que gira por su centro. Eso sí, cuando digo palo quiero decir un tubo de 50 metros de largo. Subirme me dió tiritón, eso lo aseguro. Pero la recompensa lo valió con creces. Desde el ápice estando invertido en la sillita de playa, ver como el suelo se acerca a velocidad vertiginosa, mientras tu estómago se comprime como pan con queso en guaflera y tus ojos se llenan de lágrimas como nana que pela cebollas mientras ve el final de la Madrastra, es una sensación irrepetible. Bueno, hasta la otra vuelta de la silla por el mismo punto, pero esta vez un tanto más rápido. Más rápido. Y más rápido. Hasta que tus gritos no se escuchan porque ya no son gritos: es pura e incontrolable risa. Para mi lo fue así (para Ñaño(M), no). Nunca me había reído tanto, por tanto tiempo. Fue como comprarme un Tony Caluga envuelto en Alvaro Salas mientras veía TVCondoro Nights Again Forever Alive (Pato Stravosky y el socio que andaba con la Camaggi me alegraban los Lunes con sus videos dolorosos, Pichi!). En cada vuelta, más risa, más luces que veía a lo lejos en el suelo que se prendían acercándose y menos voz, porque reirse tan fuerte cuesta (es asequible: no cuesta la dignidad, por decir algo).
Volviendo a vivir a 1 g, la risa se disipó aunque tomo tiempo.


Hasta que me subí de nuevo.
Había que seguir riendo.

C:

miércoles, 23 de abril de 2008

Regla número uno o de como enfrentar una coyuntura

"Eh mec, ven acá", me dijo el sociate, un tanto regordete (la familia Escobar Iturra hace su primera apareción, pero sólo como parte del primer acto, casi como nota al margen), mientras intentaba de manera ineficaz agarrarse con dos manos a esos grandes cilindros de publicidad JCDecaux que más parecen casa de pitufo superdesarrollado, en la Place d' Italie.
Adivinando bien lo que C: hizo luego, uno podría inferir que cruzó la calle, se paró lo más cerca posible para poder ver al tipejo, pero suficientemente lejos para no intoxicarse con la vaporización alcohólica del personaje y escuchó lo que el pequeño hombrecillo quería decir, para luego continuar el rumbo a la casa. Bueno, casi se ganan el auto!. A pesar de que lo único que tenía en mente a estas altas horas de la madrugada luego del duro día laboral (duro es un understatement, estaba pasando por una fase destructiva para poder ir a Chile con la conciencia tranquila, tiempo libre y guata limpia, con Palta en el horizonte), me quedé un rato conversando con el engendro este. La conversación fue lo más cercano que he estado a aparecer en el Mea Culpa; estaba esperando que Carlos Pinto, saliera para que con su voz de ultratumba bien new wave me contara las peripecias del Chacal de Clignancourt (así le pondría yo, si fuera periodista). El personaje en cuestión me cuenta que venía de salir de la cárcel, donde estuvo 20 años por algún crimen (no, si le gustó estar dentro porque la comida era rica y le hacían la cama, Duh!), que una señorita francesita no lo pescó a la salida del metro, a pesar de ser "pintoso, interesante y creativo" (lo bueno es que era modesto para su pinta de ewok marginal con adicción a E! o al programa del médico beberlijils que le hace al Kung-Fu) y que no sabía que hacer. "No sé que hacer, porque... no sé que hacer. O sea, lo que pasa es que... no sé que hacer, no sé que hacer". Casi salgo con una empanada clásica de Claudito, del formato lo primero que tenés que hacer es dejar la milanesa, gordete, pero con fuerza de voluntad me aguanté. Le dije, con mi francés de pendejo de cinco años con frenillos (más alguno que otro quoi) que me dijera cuales eran las opciones.
"Mira", me dijo con un ojo mirandome y otro apuntando a Ceti-Alpha Centauri o alguna estrella famosa porque salió en Star Trek, "cachai el auto que está ahí?", apuntando a un auto completamente estándar, de esos que definen la palabra convencional, en color rojo convencional, con puertas, ruedas y hasta sticker convencional, que estaba con la puerta del conductor abierta en medio de la rotonda de la plaza. "Ese me lo robé, y no sé que hacer". Regla número uno, estimados: cuando un franchute les dice "no sé que hacer", no le pregunten "que puedes hacer". A menos que sean C: y les quede frente después de agarrarse a charchazos limpios por ser tan gil.
"Puedo agarrar el auto, llevarlo donde mis potes, que lo desarman y me hago la América". "O puedo ir a entregarme a los pacos" que increíblemente estaban a la vuelta de la esquina, en la french cuca, estacionados, probablemente jugando con sus lumas a que eran ObiWan Kenobi o algo aún más ñoño. "O podemos agarrar el auto e ir a comprar unas chelas".
Hay veces en la vida en que uno llega a la bifurcación y sabe que hacer, aunque después no se tenga una perra idea como se hizo. Este fue uno de esos casos. Con astucia sin igual (sin igual, porque con probabilidad epsilon tan pequeño como se quiera lo hago de nuevo), le dije:

"Tu sabes que hacer. Me preguntas a mi porque no quieres hacerlo"

Fashion Ewok me mira y me dice, entre borrachera y sueño, "Tienes toda la razón". Se da media vuelta y camina directo a la french cuca. C: no se quedó para ver el final. La astucia todavía estaba on. Caminé directo a mi casa, para poder contar la anécdota. Al día siguiente, el estándar rojo ya no estaba. Y yo no me quedé esperando a que apareciera.

C:

miércoles, 16 de abril de 2008

Polea sin roce o de como proteger el tracto digestivo

Lamentable. Es lo único que puedo decir sobre esta parte de mi historia.
Incluso, puedo decir que ni siquiera es mía: me la adjudicaron vilmente tras una de mis intervenciones fuera de lugar, contexto y tiempo. Típico que es de C: (no de Costa).
Patio de Beauchef, (excelentes fotos de SushiKnight), cuando ya el calor estaba yéndose, en Abril. Aunque también puede que haya sido cuando llega la Primavera, en Octubre. La cuestion es que ya comenzaba el calorcito y recuerdo como si fuera ayer que no habían beldades que mirar (todavía tenía anticuerpos para el Síndrome Beauchef), salvo una que otra fórmula matemática o afiche de fiesta de enfermería de alguna universidad con nombre de prócer patrio (Adolfo Zaldívar no cuenta). También recuerdo a M, que con su pelo aún largo (él muy fresco tenía "la revisión técnica del auto" justamente el día del mechoneo, por lo que su melena soporto largo meses; él alega que quería ser vapuleado por las hordas bochefianas e increíblemente yo le creo), me comentaba sobre algún reclamo de algún control sobre alguna materia que a alguna persona le importaba. Yo sólo pensaba en López, un vil especímen de procedencia Ovalle, de potente tracto digestivo pero débil resistencia a libaciones alcohólicas. No merece comentarios en este recodo, ni positivos ni negativos, sólo un descontento animal hacia su existir por la tremenda embarradita que dejó en mi cuchitril de Vergara (muy, pero muy buena palabra). Como nota al margen, trataré de encontrar el famoso número del Boletín Sei (paskin mensual bochefiano donde C: comenzó el jugo escrito, que ya hasta suena poético) donde vertí toda la rabia acumulada a tamaño engendro. Mi tele (hueso santo en Vergara), cama, cubrecama, tina, vajilla(!!!!) y alfombras lo recuerdan con tanto cariño como los yanquis a Katrina. En eso estaba, en medio de descargas airadas donde la tres cuartos de las palabras eran improperios y un cuarto onomatopeyas, cuando Compipa llega con el típico "Como va Compañero". Shasca al viento también, comienza a meterse en el cuento de las aventuras de López y a disgregar hacia la leyenda de Vector Unitario. No sé como, pero yo dije algo del formato:

"Ser Vector Unitario no es ni un brillo, es muy ficticio. Así, yo me creería Polea sin Roce..."

Dicho y hecho. En seguida pasé de ser C: a ser la Polea sin Roce (antes había sido Kbzon en el colegio y algunos me llamaban Profeta de Peñalolén). La noticia me pareció simpática, hasta que compañeros de José Guajardo, hermano de MarioEdo, comenzaron a buscarme para preguntarme si yo era "Falcón, el loco que se creía polea sin roce...". Mucho tiempo libre, o demasiado Starcraft para ellos. En parte, esto estaba con el fuelle de diversos carteles pegados en los baños de Química y Física, donde se hacía explícita la frase. Tuve que escribir otro texto en el Boletín Sei para explicar que, a pesar de decir tanta tontera junta, nunca he sido LA tontera. Algunos todavía lo creen. En realidad, no están tan lejos.

C: